viernes, 2 de noviembre de 2012

Décimo y último capítulo - novela 1D





¡¡Hola directioners!! Este es el último capítulo de la novela que subo al blog, en el anterior, puse que me estaba quedando sin ideas, y, bueno, tenia algo en mente para acabar la novela y bordar un poco el final. Hoy van a narrar los chicos, ¿por que no? Quizás así el capitulo sea mas largo, pero quiero darle un buen final. También tengo que decir que a partir de ahora, va a seguir habiendo novela, pero la va a escribir Irene desde 0, y yo me encargaré de subir entradas con noticias. (Por cierto, acabo de leer la traducción de Little Things, la canción es preciosa y SI a las dos últimas preguntas) Espero que os guste el final.

***Narra Niall***

Me decidí a llamar a Irene, estaba impaciente por decirla que el viaje a Los Ángeles era mañana, yo ya tenía todo listo, pasaporte, maletas, dinero... ya solo me quedaba avisarle a ella.
Marqué su número mientras recogía un par de bolsas que no me harían falta.
-¿Si?- dijo ella al segundo toque.
-Hola, soy Niall.- respondí.
-Ya, ya, ¿que pasa?
-¿Están tus padres en casa?
-Si, han llegado hace poco, ¿por?-respondió ella intrigada.
-¿Te acuerdas de ese viaje que me regaló Harry por mi cumpleaños? Pues... es mañana.
-Oh, espera, ahora les pregunto.- respondió.
Al rato volvió riendo y cogió el teléfono alegremente.
-¿Y bien?- dije.
-¡Si puedo ir!- respondió ella.
Suspiré aliviado.
-Bien, entonces te recojo mañana a las cuatro, ¿vale?
Su tono cambió.
-¿A las... cuatro?- respondió.
-Claro, el avión sale a las 5 y hay que estar una hora antes.
-Pufff, bueno... llámame a las tres y media más o menos, es que tan temprano...- dijo riendo.
-Qué se le va a hacer.- respondí.- a mi tampoco es que me encante madrugar.
Los dos reímos.
-Bueno, prepara el pasaporte y la maleta, a las cuatro estoy allí.- la dije
-Está bien, ¡Hasta luego!
 A las tres, sonó el despertador, y los perros de mi vecino se dieron cuenta, a toda prisa me vestí, desayuné y me peiné. Ya eran las tres y media cuando me acordé de que tenía que llamar a Irene.
 -Hola.- respondió ella al primer toque.
-¿Estás ya?- susurré para no molestar a mis vecinos.
-Si, ¿vienes ahora?- preguntó.
-Ya salgo, en quince minutos estoy allí.- respondí.
-Vale, te espero abajo.
Quité un par de papeles con publicidad que había en el parabrisas de mi coche, miré a ambos lados de la acera, no había nadie, guardé las maletas y me subí despreocupado, conduje durante unos veinte minutos hasta llegar al portal de Irene, que estaba allí esperando con una maleta roja y una bolsa de mano negra.
-Yo te guardo la maleta.- dije abriendo la puerta para que se sentase.
Ella me saludó con un beso.- Gracias.- dijo sonriente.
-No hay de qué.- respondí.- ¿Llevas mucho tiempo esperándome?
-No, alrededor de diez minutos, como mucho.- dijo mientras guardaba el móvil en el bolso de mano.
-No puedo decir que hubiese atasco, bueno... ¡A la aventura!
Irene rió a la vez que se puso el cinturón.
Cuando llegamos al aeropuerto, fuimos a pasar las maletas a una cinta que las pesaba y las llevaba al avión, no hubo ningún problema, después pasamos a una especie de 'sala de espera' antes de irnos, todavía quedaba media hora.
-¿Tomamos algo en ese bar?- pregunté al ver como preparaban unos cafés.
-Esta bien, pero nos tenemos que dar un poco de prisa.
-Si, si, no te preocupes, estaré atento.-respondí.
Después de quince minutos hablando y riendo, una azafata empezó a recoger billetes en la puerta al avión.
-Mira, nos tenemos que ir ya.- dijo Irene al verlo.
-Si, vamos.- la contesté cogiendo mi bolsa.
En nada estuvimos en el avión, ella parecía estar nerviosa, pero no quería que se le notase. Yo ya estaba acostumbrado a viajar, pero con compañía distinta, esta vez era bastante diferente comparado con viajar con los chicos.
-¿Nervios?- la pregunté.
-Un poco.- respondió riendo.
-No te preocupes, seguro que te gusta la zona en la que vamos a estar, nuestra reserva del hotel empieza pasado mañana, así que estos dos días estaremos en mi casa.
-Oh, ¿donde está el hotel?- preguntó.
-Sorpresa.

***Narra Louis***

-¡Despierta!- le dije a Esther subiendo la persiana.
-¿Que hora es?- preguntó ella.
-Las doce, de la mañana, muy tarde.- dije sonriente tirándome a su lado para hacer botar la cama.
Ella rió mientras se tapaba la cara con la almohada.
-Sigo con sueño...- dijo.
-No me obligues a hacerte cosquillas.- la respondí.
-No te atreverás.
-¿Me retas?- dije quitándole la almohada.
Ella me sacó la lengua y se volvió a tapar la cabeza, esta vez con la manta.
-Tú lo has querido.- dije tirándome encima de ella mientras la hacía cosquillas.
Los dos nos caímos al suelo, riendo.
-Vale, vale, me rindo.- dijo levantándose.
-Venga, a desayunar.- respondí desde el suelo.
Esther cogió la manta y se cubrió con ella.
-¿Tienes frío?- la pregunté de camino a la cocina.
-¿Tú no?- contestó ella.
-Anda, ven.- la dije mientras soltaba el plato que estaba colocando.
La toqué la frente, estaba hirviendo.
-Tienes fiebre.- dije preocupado.- Vuelve a la cama, ahora te llevo el desayuno.
-No te preocupes por mi, estoy bien.- dijo Esther.
-Vas con una manta, y para mi hace calor, hazme caso.- la dije mientras la acompañaba a mi habitación.- ahora vengo.
-Gracias, pero estaré bien enseguida.
Al rato volví con un bol con caldo de pollo, se podría decir que ya era la hora de la comida.
-Toma, ¿quieres que me quede contigo?- la pregunté mientras dejaba el caldo a su lado.
-Que encanto.- respondió ella sonriendo.- Como quieras, pero no quiero estropearte el día…
Reí por lo bajo
-No estropeas nada.- dije.- Además, todavía tengo algo de sueño, no me importaría dormir más.

Esa misma tarde, a Esther le bajó la fiebre, y pudimos ir al parque de atracciones, que no estaba lejos.
-¿De verdad estás ya bien?.- la dije cuando acabó de cambiarse.
-Si, ya se me a pasado, llevo todo el día en la cama… Mejor no podría estar.- contestó mientras se ponía los zapatos.
-Pues vamos, que se prepare el parque de atracciones.- dije riendo.
Al final, media hora después, estuvimos en el parque de atracciones, ya estaba todo cubierto de adornos de Halloween y hasta algunos visitantes iban disfrazados, estuvimos haciendo locuras, bromeando con empleados y pidiendo a gente que pasaba que nos hiciese fotos. A las once, Esther volvió a coger frío, e incluso con mi chaqueta, seguía igual.
-Vuelves a tener fiebre, no teníamos que haber salido.- dije tocándole la frente, otra vez.
-No pasa nada, me ocurre constantemente, estoy bien.- respondió ella.
-¿Vamos a mi casa?- pregunté.
-Ya es tarde, vale.

Volví a coger el coche, esta vez procurando que la calefacción estuviese puesta.
-¿Vas entrando en calor?- la dije al ver como tiritaba.
-Poco a poco.-respondió Esther.
Cuando llegamos a mi casa, entré rápidamente para arreglar la cama y pudiese acostarse. Luego encendí la calefacción y cerré las ventanas.
-Ya está.- dije finalmente.
-Creo que me está bajando la fiebre, tranquilo, te preocupas más por mi que yo.- respondió.
-Es lo mínimo. De todos modos… Mañana estarás mejor, ¿les dijiste a tus padres que hoy te quedas aquí?- pregunté.
-Lo darán por echo.- respondió sonriendo.

***Narra Harry***

Una vez en mi casa, abrí la puerta, el pulso me temblaba del frío que hizo esa tarde.
-¿Estás bien?- me preguntó Talía desde detrás de mí.
-Si.- respondí volviendo la mirada.
-Entonces… ¿Qué hacemos hoy?- dijo cuando por fin pasamos.
-Tenía que ir a por una maqueta que encargué en un estudio, pero no me han avisado todavía.-dije- ¿Qué quieres hacer tú?
-No sé, podríamos volver al parque en el que estuvimos de picnic.- respondió ella.
-Es verdad, ese sitio es fantástico, pero la última vez que fuimos hizo mucho viento.
-¿Entonces quieres ir?- me preguntó.
-Claro, pero tengo que ir a por otra chaqueta, estoy helado ¿Quieres una?
-¿Tuya?
Reí ante la pregunta.
-Claro.- contesté.
-Bueno… Está bien.- dijo riendo
Volví con mi chaqueta de lana con capucha y una de cuero falso para ella, que tenia la parte de dentro imitando a la piel de un oso.
-Es calentita.- dije mientras le daba a Talía la chaqueta.
-Gracias.- dijo poniéndosela.
Mientras bajaba las escaleras, tropecé con un felpudo, pensé que nadie se dio cuenta, hasta que oí una palabra que hizo eco en el edificio.
-Cuidado.- dijo Talía.
-Ahora lo tendré.- respondí riendo.
Cuando llegamos al parque me acordé del lugar donde estuvimos, algo como un dejabú.
-¿Qué pasa?
-Nada.- dije riendo.- solo que me he quedado con la mente en blanco.
Ella rió entre dientes.
-Suele pasar...- dijo.- Bueno… ¿Qué hay de ti?
-Pues poco que no sepas.- respondí.- Acabamos de grabar un disco y, no se… ¿y tú?
-Ahora que lo pienso, tampoco se que contarte que no sepas.- dijo.
-Oye, el viaje a Los Ángeles es la semana que viene.- contesté.
-Wau… ¿no se habían ido Niall e Irene hace poco?- dijo ella sonriente.
-Creo que se iban hoy.- respondí.- ¿Podrás venir?
-Claro.
 Fuimos paseando y hablando por hablar, y al llegar al centro del parque, compramos un par de cafés en vasos de cartón. Dimos un par de vueltas y cuando ya llevábamos una hora, decidimos volver.

-Sigo teniendo frío.- dije al meterme en el coche.
-Si… como llueva esta noche mañana amanecemos entre nieve.- respondió ella.
-Hablando de amanecer, ¿te vienes a mi casa? Antes me dejé el radiador puesto, hará calor.
-Mmm vale.- respondió Talía sonriendo.


Y aquí finaliza el ultimo capítulo de mi novela, espero que os halla gustado. ¡Y la semana que viene subo noticia!  Quizás ahora tarde menos en publicar entradas, bueno, hasta la próxima :D

3 comentarios:

  1. me gusto pero... como decirlo... no me enamoro. Es decir en la historia se va por buen camino pero para que se vea mejor tiene que tener. No se, como más descripción de los sucesos no pasa esto esto y esto. Quedaría mejor extendido metiendo pequeños toques dentro de esta. No se si me explico, pero por lo demás me gusto y lo digo desde el cariño. Es como una critica constructiva. Espero que os haya gustado. :)

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    1. Gracias por la crítica, me servirá para mi otra novela, que no va de 1D pero aún así, y en este blog ya no escribo los capítulos, pero... gracias igualmente :3

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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